El tratamiento del DNU de la SIDE quedó para la semana que viene. Menem considera que es tiempo suficiente para “convencer” a diputados de la UCR de no rechazar el decreto.
Mientras el Congreso patea el tratamiento del DNU que le asignó 100 mil millones de pesos para gastos reservados, la SIDE ya se gastó unos 10.893 millones. Es decir que, en solo tres semanas, la nueva Secretaría de Inteligencia del Estado gastó más del triple de lo que la exAFI había desembolsado en todo 2023. El 80 por ciento de estos 100 mil millones, además, ya fueron devengados, lo que significa que la agencia de espías puede echar mano de esos fondos cuando quiera y sin tener que darle explicaciones a nadie. El gobierno desembolsa, así, con la confianza de que nadie lo obligará devolver todo ese dinero: ya evitó que la oposición sesionase el jueves para rechazar el decreto en la Cámara de Diputados e intentará hacer lo mismo el miércoles próximo, cuando la oposición vuelva a intentar reunir el quórum para voltear el DNU 656. El partido se define con el voto radical y Casa Rosada negocia con fiereza con los principales dirigentes del radicalismo para que lo ayuden a bloquear (de nuevo) la avanzada opositora.
Después de más de 20 horas de sesión, la cúpula libertaria estaba de fiesta. La celebración no estaba motivada tanto por la aprobación de la declaración de la Educación como servicio esencial, que limita el derecho a huelga de los docente, o la ampliación del Registro Nacional de Datos Genéticos. Sino que era otra cosa. Martín Menem festejaba haber logrado evitar, al menos por esa semana, que la oposición le voltease en el recinto el DNU de los 100 mil millones de pesos para la SIDE. Había logrado desbaratar los intentos de Nicolás Massot (Encuentro Federal) y Maximiliano Ferraro (CC) de forzar el tratamiento del decreto el jueves y se había ganado, así, una semana más para convencer, junto a la ayuda del Ejecutivo, a los radicales díscolos que insistían en votar en contra del DNU de Inteligencia.