River empató con Talleres el domingo por la noche en el Monumental.

La vuelta de los tirantes y los bombos al Monumental no tapó el descontento de los hinchas de River con el rendimiento del equipo. Más allá de que Miguel Borja -el más resistido- empató el partido sobre el final, los presentes en el estadio repudiaron la imagen mostrada por sus jugadores. Al ya característico “movete, River, movete…” se le sumó un efusivo “pongan más huevos” y, tras el pitazo final, los silbidos invadieron el campo.

Cuando salieron los equipos a la cancha el clima fue festivo, a pesar del empate con sabor a poco frente a Barcelona de Guayaquil por la segunda jornada de la Copa Libertadores. “Gallardo es de River, de River de verdad” se escuchó en las cuatro tribunas del Antonio Vespucio Liberti, luego de una semana de acusaciones fuertes hacia su persona.

Pero con el correr de los minutos la impaciencia creció. Pese a que no hizo un mal primer tiempo, el gol no llegó y la visita comenzó a emparejar el encuentro. Al inicio del segundo tiempo una gran corrida de Valentín Depietri puso en ventaja a la T. Primero fue el silencio quien se apoderó del estadio, y luego comenzó el repudio.

El principal apuntado fue Miguel Borja, precisamente quien salvó las papas con un implacable cabezazo a los 42 minutos de la segunda etapa. Más allá del empate y que River apuró sobre el final, el plantel no se salvó de los silbidos una vez que Nazareno Arasa pitó el final.


By Brian

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