Mientras el gobierno libertario profundiza su política de ajuste y desmantelamiento del Estado, los trabajadores del Hospital Garrahan vuelven a levantar la voz en defensa de la salud pública. Este jueves, encabezarán una nueva Marcha Federal de la Salud desde el Congreso hasta Plaza de Mayo, en el marco de un paro de 24 horas. La protesta se realiza en respuesta al abandono sistemático que sufre una de las instituciones pediátricas más emblemáticas del país.
A la medida de fuerza se suma el Frente por la Soberanía, el Trabajo Digno y los Salarios Justos, que reúne a sindicatos, centrales obreras y espacios políticos y sociales que repudian el ajuste brutal implementado por el gobierno de Javier Milei. Más de medio centenar de organizaciones acompañarán la movilización, que denuncia la precarización laboral, el vaciamiento del hospital y la fuga de profesionales por los salarios de miseria.
“Esperamos una movilización masiva y pacífica para visibilizar lo que está pasando en el hospital”, señaló Belén, médica de planta del Garrahan, en diálogo con Página/12.
El Frente que convoca a la movilización forma parte del plan de acción lanzado en junio contra lo que denominan un “ajuste criminal”, que desfinancia la educación, la ciencia y la salud pública mientras desregula la economía en favor de los grandes grupos económicos. La falta de inversión y la destrucción de derechos básicos son el sello de un modelo que prioriza las ganancias sobre la vida.
Padres autoconvocados también se suman a la protesta, alarmados por la crisis que atraviesa el hospital, referencia a nivel nacional y latinoamericano. La médica Mercedes Méndez denunció la inacción absoluta del gobierno nacional:
“No hay negociación ni interlocutores. La Secretaría de Trabajo no se presenta a las audiencias. El gobierno eligió el silencio y el abandono.”
Entre los reclamos más urgentes se encuentra la recomposición salarial, con un pedido de aumento del sueldo inicial a 1,8 millones de pesos para equiparar la pérdida de poder adquisitivo acumulada en el último año y medio. También exigen el fin de la precarización del régimen de residencias, la sanción de una ley de emergencia pediátrica y el rechazo al nombramiento del nuevo director médico, Mariano Pirozzo, señalado por su falta de formación pediátrica y antecedentes de despidos masivos en hospitales públicos.
En un contexto de creciente conflictividad social, la lucha de los trabajadores del Garrahan se convierte en emblema de la resistencia frente al desguace del Estado. Su reclamo no es solo por salarios: es por el derecho de las infancias a una salud pública digna, gratuita y de calidad.