La temporada ya se presenta como un rotundo desastre y el desafío de la industria del turismo es aguantar ante un verano que refleja el derrumbe de la actividad económica que marcó el pulso del 2024 en el país.
“El nivel de ocupación en sí mismo no es tan malo. Hoy estamos en torno al 80 u 85 por ciento de la capacidad. Nuestra preocupación es el consumo, que es mínimo. Por ejemplo, los restaurantes donde había tres turnos para comer, ahora hay dos. Hay menos empleados, porque los dueños atienden para bajar costos”, ejemplifica Diego Ginestra, secretario de Turismo del municipio de Mar Chiquita.
En el Partido de la Costa coinciden en señalar el bajo consumo como dato central, aunque allí la ocupación es un poco menor a la de Mar Chiquita, distrito vecino a Mar del Plata.
“Tenemos en promedio un 65 por ciento de ocupación, cuando los operadores tenían expectativas de llegar cerca de 75. A la vez, es muy dispar según la localidad. Costa del Este, que es el de mayor poder adquisitivo, está al 90. Los más populares, como San Clemente, Santa Teresita y Mar de Ajó, están muy por debajo de eso”, dice el secretario de Turismo, Cristian Escudero.
En los restaurantes no hay renovación, termina de comer un grupo y no hay otro esperando para sentarse. En los parques el corte de tickets es muy similar al de la temporada pasada, que estuvo entre 30 y 40 puntos debajo de la 2023.
Los parques temáticos son uno de los rasgos distintivos de La Costa como destino turístico y están pasando por un pésimo momento, marcado por las bajas ventas y la reducción de personal.
El empresario inmobiliario de la costa Fernando Giovannángelo complementa el panorama que traza Escudero. Explica que “casi todo lo que se alquiló y se cerró entre agosto y octubre, y el que no alquiló ahí después se fue quedando sin plata o empezaron a no darle los números”. Hoy, las reservas para febrero están apenas en un 30 por ciento. “El público nuestro no está en Brasil, está en su casa. Muchas casas están ocupadas por los dueños, que no consiguieron alquilarlas”, afirma.
Giovannángelo advierte un problema futuro. “El invierno pasado fue duro pero este va a ser peor, porque el consumo viene muy golpeado, muy bajo, sobre todo el rubro gastronómico, que es donde trabaja la gente de allá”.
“El año pasado teníamos un buen nivel de reservas, pero la devaluación de diciembre de 2023 generó muchísima incertidumbre e incidió negativamente”, explica la secretaria de Turismo de Villa Gesell, Natalia Mejía.
“El distrito en su conjunto tuvo un pico de ocupación en año nuevo, cercano al 85 por ciento y esta última semana cayó unos diez puntos, hasta 75. La ocupación también es desigual. Es mayor en las playas del sur como Mar de las Pampas, Mar Azul y Las Gaviotas, donde se ofrecen servicios para público ABC1, el de mayor poder adquisitivo”, comenta.
“Sin embargo, también allí se observa una merma. Hoy están en torno al 80 u 82 por ciento, cuando otros años, en la misma fecha, hay ocupación plena. El problema es que esos destinos representan apenas el diez por ciento del total de plazas”, afirma con preocupación.
Playas de río
Algunos operadores y empresarios turísticos especulaban, hasta hace algunas semanas, con que el altísimo precio de los combustibles terminara por favorecer a los distritos más cercanos a los grandes centros urbanos, como las playas de río ubicadas respectivamente en las localidades costeras de Atalaya, partido de Magdalena, y Punta de Indio, en el partido de Punta Indio. Tampoco ocurrió.
“Siempre tengo enero completo y durante ese mes recibo consultas para febrero”, explica un referente de la cámara local de propietarios de cabañas y alojamientos turísticos. “Pero ahora tengo medio complejo ocupado, medio complejo vacío y no me suena el teléfono”.
La crisis generalizada de ingresos también impactó en las arcas de los distintos municipios, que ven caer su recaudación mes a mes y tienen dificultades crecientes para pagar sueldos, a pesar de la asistencia provincial. Por ese motivo, en los dos destinos mencionados, la bajada a la playa, que antes era gratuita, ahora está arancelada.